‘Recinto Expo’
Lucas Miret Rodríguez
Lucas Miret Rodríguez es la razón de que Zaragoza celebrase una Expo. Este joven aragonés de ascendencia gallega murió en 1996 víctima del sida, enfermedad de la que se infectó tras una transfusión que trataba su hemofilia.
La figura, de cuerpo entero y tratamiento expresionista, nos muestra a tamaño natural a Lucas Miret, un joven de 1,96 metros de altura, delgado, con americana y manos en los bolsillos que mira fijamente con rostro serio pero sereno.
El 7 de noviembre de 2008, el Grupo Popular y la CHA del Ayuntamiento de Zaragoza proponen dedicar una plaza del recinto de la EXPO a Lucas Miret. El 5 de diciembre del mismo año el pleno decide por unanimidad confirmar la Plaza “Lucas Miret Rodríguez” en el recinto.

Autor: Ignacio Rodríguez Ruiz (Iñaki)
Año: 6 de octubre de 2009
Localización: Recinto EXPO 2008 (meandro de Ranillas) , junto al Palacio de Congresos y el Anfiteatro, en la denominada Plaza Lucas Miret Rodríguez
Pedestal: Hormigón (base) 70cm.(largo)x50cm(ancho)x 20cm (alto)
Dimensiones: Figura: 1,96 m (alto) x 70 cm (ancho) x 35 cm (largo
Materiales: Bronce (figura) cuenta con un armazón interno de acero en el primer tercio de las piernas para evitar el vandalismo y que pudiera ser derribada en un entorno especialmente sensible. Su peso total alcanza los 750 kilogramos
Inscripción: en el pedestal “Plaza Lucas Miret Rodríguez” junto al escudo de la ciudad.
El Alma del Ebro

Situada en el recinto de la Expo. (Zaragoza 2008)
“El Alma del Ebro”, uno de los más reconocibles y reconocidos rostros gigantes del artista internacional Jaume Plensa desde 2008. Está situada en la plaza Lucas Miret Rodríguez, frente al Palacio de Congresos del recinto Expo.
Es una pieza única y original formada por letras blancas de acero inoxidable y que invita al espectador a reflexionar y que ha sido definida por el propio autor como “una arquitectura que protege algo muy frágil como es el alma”.
Está constituida mediante un conglomerado de letras de acero, de unos 12 metros de alto y 7,5 metros de ancho, la escultura pretende unir en su interior a los motores de la vida: al agua y al cuerpo humano.
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